Francisco Gómez Vaquero con el uniforme de uno de los restaurantes en los que trabajó antes de ser empleado en Rolando.
Manuel Llanos Gancedo trabajando como camarero.
Francisco Gómez Vaquero, Paco, trabajaba como cocinero en Rolando. Por la mañana, como todos los días, se había despedido de su mujer, Blanca Condado Aguilar, y de sus hijas, Alicia, de cuatro años y Sara, de dos.
La cocina del restaurante estaba en la planta baja. En el momento de la explosión se encontraban en esa zona Paco y su ayudante, Santiago Martínez Gómez, de 16 años; Carmen Sabido Gracia, encargada de lavar los platos, de 19 años; y Florentina Carro Ramón, de 35 años, que trabajaba de cajera y que había bajado para comer. Todos salieron ilesos salvo Paco, que falleció.
Otro de los empleados asesinados fue el camarero Manuel Llanos Gancedo. Destacaba por su simpatía, capacidad de hacer amigos y amor por su trabajo. Procedente de Villar de Vildas (Asturias), tenía 26 años y llevaba trabajando en Rolando desde la apertura del local. Había servido la comida a los terroristas, así que probablemente estaba muy cerca de la bomba. Su cuerpo fue de los más afectados por el impacto de las tuercas.
Emilio Candil García e Ismael López Ollero, ambos camareros, sufrieron heridas graves. Antonio Carro Ramón, apoderado general del negocio, se quedó ciego.
